⚡ Gestión energética: 3 trucos para aumentar la productividad 🔋
El ritmo de vida se está acelerando y la gestión de la energía se ha convertido en una habilidad necesaria para el hombre moderno. ¿Quieres lograr más y vivir al máximo? Esto es real. Sabemos cómo coger el ritmo de una gran ciudad y compartir nuevos conocimientos en este artículo.
La gestión de la energía comienza con el ritmo
Tony Schwartz, periodista y escritor estadounidense, sabe encontrar tu ritmo y sincronizarlo con el resto del mundo.
Cuando encuentras tu ritmo, eso es un solo. Cuando consigues tocar con el resto del mundo, es una sinfonía. Pero para Schwartz todo es un poco más sencillo: cree que basta con aprender a ser rítmico durante 24 horas, o incluso menos. Una jornada de trabajo es suficiente para encontrar el ritmo y desarrollar una estrategia para no perderse. Por ritmicidad, el publicista se refiere a la capacidad de recuperar energía a lo largo del día. ¿Alguna vez has jugado juegos de computadora? En caso afirmativo, entonces puedes imaginar fácilmente la escala de vida del personaje. Si no lo repones durante un nivel, no lo pasarás. Y por toda la ubicación suele haber botiquines de primeros auxilios y otros bonos dispersos que ayudan al personaje a permanecer literalmente en el juego. Puedes organizar tu jornada laboral de la misma forma que un promotor de localizaciones: crea zonas de relajación para ti o busca minutos libres en los que solo puedas relajarte. Estos pueden ser descansos breves. Lo principal aquí no es su duración, sino su frecuencia.
Trabajar para el matadero no es una opción
El azúcar es el enemigo de quienes quieren hacerse con el control de la gestión energética
El azúcar es energía rápida. Puedes beber té fuerte con azúcar y tu vida y tu trabajo de repente se volverán más fáciles, pero después de media hora sentirás una fuerte pérdida de energía. Para evitar cambios repentinos del apetito por la comida a la apatía, coma frutas o nueces durante los descansos. Y si quieres beber, elige agua limpia, pero sin gas. Para ampliar sus horizontes, busque en Internet para averiguar cuánta azúcar hay en los alimentos que consume habitualmente.
La gestión de la energía se extiende al sueño
Siguiendo la lógica del famoso dicho, no eres sólo lo que comes, sino también cómo duermes. Si no puedes descansar mientras duermes, tienes muy pocas posibilidades de que durante el día se respete el ritmo de toda la jornada laboral que verificaste el día anterior.
Practique una buena higiene del sueño
Encuentra las condiciones óptimas para un descanso nocturno. Quizás nunca hayas ventilado tu habitación antes de acostarte. Probar. El aire fresco tiene un efecto beneficioso para conciliar el sueño. ¿A qué horas duermes mejor? Existen cálculos estándar, pero es posible que tengas tus propias fases de sueño y tu propio intervalo de descanso. ¿Cuándo te sientes cómodo terminando tu última comida? ¿Te acuestas con el estómago lleno o prefieres ayunar? Ambos pueden afectar negativamente su sueño en general.